El futbolista de los Azules con futuro asegurado
Ese día que todos en algún momento piensan, llega, y cuando se da, no queda más que cerrar un capítulo y empezar otro muy distinto. Jean Beausejour se retiró del fútbol y entre sus perlitas habrá una que será muy recordada.
La vida de Jean hasta ese instante no había sido de mendigo y con transferencias previas a Suiza, Brasil, Bélgica, México, nuevamente en Europa para desempeñarse en el fútbol inglés, había sumado buenos dividendos y con lo de colocó la frutilla al postre.
Después de pasar por dos de los tres grandes equipos chilenos (Universidad Católica y Colo Colo), a mediados de 2016 Beausejour firmó un contrato suntuoso de 40 millones de pesos mensuales con la U de Chile, que pagó la cláusula de salida del Cacique en 2,5 millones de dólares.
En pareja con Karina Ugarte desde 2004, el ex de la Selección Chilena, ha intentado no destacarse en las redes pero con su esposa tan pendiente de las mismas y con cientos de miles de seguidores, tanto quien pasara por los Azules y ella han tenido un hecho destacado que dio que hablar.
Beausejour, siendo campeón de la Copa América en 2015, y antes de lo que embolsaría en sus cuatro años de vínculo con la U (¿cuánto lamentará hoy esas terribles erogaciones?), le obsequió a su novia un aquilatado y brillante anillo en una cena romántica. Las redes se encargaron de hacerlo viral.
Cuatro años después, en 2019, con la unión consolidadísima, Karina Ugarte presentó, ecografía mediante, a sus mellizas en imágenes 3D. Su cuenta de Instagram explotó de repercusiones. Las niñas venían a completar una familia Beausejour que ya tenía dos hijos varones. Un clan que no va a pasar problemas económicos.
Hermano de Beausejour, el distinto
Sin los millones de Jean, los que se dispararon con la fortuna que recibió al arribar a la U de Chile, Sankara, el hermano de 24 años del futbolista, se destacó hace muy poco en otra materia.
Graduado en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Geológicas de la UCN, ningún otro de origen haitiano había logrado, se insertó laboralmente en la minera Antucoya, en Antofagasta, siendo el orgullo no deportivo de los Beausejour.