El volante de La Roja habló de todo
La sabe que de cara al futuro hay varios asuntos que modificar y mejorar en el caso de querer volver a estar entre las mejores selecciones del mundo.
Debe existir una transición paulatina donde los históricos de La Roja le abran paso a los jóvenes que vienen pidiendo pista desde hace rato. Uno de ellos es Joaquín Montecinos, una de las gratas sorpresas que dejó el ciclo de Martín Lasarte y que ya se aseguró un lugar para lo que se viene siendo un recambio fundamental.
Para Joaquín Montecinos, una de las claves para rendir dentro del Seleccionado Chileno, es perderle el respeto a varios históricos dentro del campo de juego, haciendo lo que pida la jugada:
«Hay mucha admiración por ellos (bicampeones), pero cuando entro a la cancha se me olvida. Si tengo que pegarle al arco pudiendo dar un pase, voy a hacer lo que amerite la jugada. No voy a pensar que porque tengo a Alexis (Sánchez) al lado se la tengo que tocar. A todos les tengo el mismo respeto, pero no por eso voy a dejar de buscar mis virtudes»
Montecinos también contó como se trabaja en el fútbol chileno: «El trabajo de divisiones inferiores en Chile es malo. Yo entrenaba en cancha de tierra en La Serena. ¿Cómo quieres tener jugadores en Europa si entrenas en cancha de tierra? Las condiciones son malísimas, los balones son malos, los viajes son malos, los hoteles son malos, la comida no era buena. Así no se puede llegar a los 18 años desarrollado físicamente, no están las condiciones».
Pensando en la cantidad de jóvenes talentos que no llegan a dar el 100% en la Selección Chilena, Montecinos entiende: «Los juveniles deben tener un proceso de desarrollo pensando en ser jugadores de elite y no jugadores del primer equipo en Chile y nada más. Eso requiere trabajo físico y sicológico».
El miedo a fracasar según Montecinos
Otro de los asuntos que planteo el jugador en la Selección Chilena, Joaquín Montecinos, es el miedo a fracasar en el caso de los juveniles, que prefieren simplificar una jugada a arriesgarse a hacer la personal:
«Hay un problema de base. Cuando tienes 20 años es más difícil tener personalidad, que no tengas miedo al fracaso, a equivocarte. Cuando no quieres cagarla, ahí vienen los problemas. Si un jugador es rápido y la toca para el lado, uno se pregunta… ¿y por qué no encara si esa es su virtud? Porque tiene miedo a perderla y que lo puteen».