Llegó para reforzar a los Azules luego de un gran presente pero su pasado no fue el mejor.
En el fútbol está lleno de historias de jugadores que pasaron de la gloria a la nada, o por el contrario, de la nada a la gloria. Infinidad de historias son parte de este deporte, y es por es que entre otras cosas, lo hacen tan interesante. En esta oportunidad, el participe principal de esta historia es Hernán Galíndez, el nuevo refuerzo de que vino a custodiar los tres postes, con una historia sorprendente que evidencia las vueltas que da la vida.
Corría el año 2010 cuando Rosario Central, club en el cual debutó Galíndez, se jugaba la promoción por no descender frente a All Boys. Con un Gigante de Arroyito repleto, Central quería hacerse fuerte de local y sacar un resultado positivo que los mantenga en lo mas alto del fútbol argentino. Sin embargo, la historia fue otra, All Boys le ganó por 3-0, dio la vuelta en su cara y finalmente, Central descendió.
Y el arquero de aquel partido, era justamente un joven Hernán Galíndez, que recuerda aquel momento como uno de los más difíciles de su carrera: «Estuve a punto de dejar el fútbol. Jamás me he quitado la responsabilidad que tuve. Atajé muy mal en esos dos partidos. Mentalmente no estaba para jugar, pero pasaron el límite cuando se metieron con mi familia».
Además, aseguró que casi ni visita su querido Rosario, donde nació:
‘Vuelvo muy poco. Hasta el día de hoy me escriben por las redes sociales o alguien me encara por lo que pasó en Central. Me siguen recordando que no me quieren. Son cosas que lamentablemente no se pueden cambiar. Reconocí que no estuve a la altura, pero a veces la gente es difícil de hacerla entender».
También, reconoció que toda su carrera futbolística dependía de su tiro de gracia en su primer año en Ecuador, y que no olvida las amenazas sufridas: «La vida me ha enseñado que las cosas pueden salir bien o mal, pero es triste cuando una familia tiene que pagar por uno. Y cuando bajamos me tuve que ir y partí a Ecuador sin saber que me iría tan bien. Si no hubiera sido así, no sé a qué me hubiera dedicado. No puedo olvidar que amenazaron a mi familia, a mi abuela, que pintaron la casa de mis papás. Todas las personas podemos pasar por cosas duras. Yo dije que, si no me iba bien en mi primer año en Ecuador, no iba a seguir jugando al fútbol. Pero hay que seguir intentando. Bajando la escalera la vida es más real». Ahora, Galíndez tiene un nuevo desafío por delante, devolver a Universidad de Chile al lugar que merece.
Galíndez de selección
Hoy la vida le juega otra pasada a Hernán Galíndez, se fue de Ecuador siendo ídolo y a raíz de sus grandes rendimientos, fue convocado por Gustavo Alfaro a la Selección de Ecuador, quien además, le otorgó la cinta de capitán. Hoy, sus buenas actuaciones lo posicionan en un grande de América como Universidad de Chile.
En la Selección de Ecuador, ya lleva 7 partidos como titular. Luego de varios encuentros siendo suplente, hoy es el dueño de la portería titular. Con un total de 9 goles en 7 partidos, Ecuador parece haber encontrado el reemplazante de un flojo Alexander Domínguez.
