Esto no gustó en El Bulla
Desde hace un tiempo a esta parte, el método de fichajes de se basa más en sensaciones y decisiones apresuradas que en un análisis de mercado. Y esto, una vez que los porotos se paran en la cancha, se nota y mucho.
En este caso, Hernán Galíndez, quien arribó al Club Universidad de Chile a comienzos de 2022, llegó con el cartel de referente para llevar la cinta de capitán, sin embargo, hechos de público conocimiento provocaron una merma en su nivel a tal punto de tomar la decisión de pedir la transferencia a Aucas de Ecuador.
Ya arribado al Aucas, Hernán Galíndez sigue evaluando y analizando su paso por El Chuncho, donde asegura que no tomó una buena decisión llegando al fútbol chileno:
“Creo que me equivoqué y debo asumir el error que cometí, no era un buen momento para ir, pero bueno como siempre se dice con el periódico del lunes es mucho más fácil tomar decisiones. No salió como yo esperaba y por suerte tengo la posibilidad de volver al país seis meses después y a la ciudad donde me siento cómodo”.
El ex portero de Universidad de Chile explicó lo cansadoras que eran las reiteradas consultas por Byron Castillo: “Cuando concedía entrevistas de siete preguntas, cinco respondía sobre Byron y a todos les decía lo mismo, que yo estaba seguro y que nosotros no teníamos duda (de su nacionalidad)”.
Además, Hernán Galíndez reveló en otra entrevista que tanto el como su esposa e hijos han sufrido agravios por parte de diversos hinchas, donde se lo acusaba de malagradecido porque »Universidad de Chile le daba de comer», algo que lo llevó a forzar su salida y retornar a suelo ecuatoriano.
El día que lloró el hijo de Galíndez
La gota que rebalsó el vaso y provocó la salida de Hernán Galíndez de Universidad de Chile fue el día que paseaba con su hijo en un shopping y gracias a las palabras de un hincha, su hijo se puso a llorar: »Un hincha de otro equipo de Santiago se me acercó, yo estaba con mi hijo de cinco años y un poco bromeando, un poco en serio, no sé con qué ánimos se me acercó, y me dijo que era hincha de otro equipo y que estaba seguro que Ecuador iba a quedar fuera del Mundial, porque éramos unos tramposos”.
Cuando mi hijo escuchó eso se puso a llorar, y me dijo: ‘¿cómo nos vamos a ir al Mundial?, vos me prometiste que íbamos a ir. Se puso a llorar y en ese momento dije que si puedo evitar ese tipo de situaciones lo tengo que hacer y ahí fue donde terminé de tomar la decisión que lo mejor era volver al país”, concluyó Galíndez.